Estos cuatro años pasaron rápidamente, el viejo de Java también era ingeniero de sistemas y uno de los primeros hackers que el Perú podría recordar. Él le enseño todo lo que sabía a Java cuando se lo llevó a vivir fuera del país por tres años, y le traía los últimos equipos o se los pasaba una vez consideraba que eran obsoletos para su trabajo, incluso traía algunas máquinas que sirvieron para el chuponeo de determinado gobierno, todo se almacenaba en la java-cueva. Su viejo fundó una empresa de sistemas en la que actualmente trabajo. Java trabajaba conmigo al principio pero su viejo tuvo que venderla ante un escándalo político y antes de irse ambos, me dio acciones y un sueldo relativamente bueno, por eso me buscan la sinrazón para poder botarme, pero ese es un partido de ajedrez que va a tomar mucho tiempo.
Una mañana llegué a la oficina muy temprano (6 a.m.), ya que planeaba escaparme en la tarde; necesitaba avanzar detalles de los proyectos en los que trabajaba, pero al llegar me percaté que había dos autos en el estacionamiento. Antes de entrar pude ver por la ventana a dos compañeros discutiendo con unos registros impresos y fueron interrumpidos por la señora de la limpieza, echaron algunos papeles en el basurero como cerciorándose que se los estaban llevando en ese momento. Esperé afuera ya que hace tiempo sospechaba que tramaban algo.
– Continúa –
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