El camino a casa fue silencioso, la gente en el bus hablaba en voz baja, con voz cansada y felizmente todos estaban sentados. Sus prendas estaban un poco húmedas aún. Ella le prestó un pareo para sentarse, y él se sorprendió lo organizada y precavida que ella podía ser. Tenía un bolso en el que cargaba todo lo que podía necesitar y cubrir cualquier tipo de emergencia. Luego de eso, se acurrucó en el asiento y pretendía dormitar en el camino. Esta vez soñó algo relacionado a aviones, pero fue interrumpido por la canción desentonada de unos niños que subieron a mendigar dinero.
- Continúa –
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