Las calles empezaban a despertarse después de una noche como la anterior. Las luces del alumbrado público aún estaban encendidas, lo cual era común por la hora, y eso le gustaba de alguna manera a Jano, quien juega con su ipod, buscando alguna canción que haga el camino más corto. Desde su ventana, mira las veredas un tanto húmedas; las caras de las personas, caras de siete de la mañana, que empiezan el día subiéndose a alguna movilidad para llegar a trabajar, dirigiéndose a sus rutinas diarias, que tal vez no diferían tanto de la de Jano. Pero había un detalle, Jano no empezaba la mañana yendo a trabajar, él estaba regresando de trabajar, e iba a casa a dormir.
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