[016] - Agosto

El olor del mar y el sonido de las olas eran como estar en uno de sus sueños y esbozaban una sonrisa culposa en su rostro, le gustaba respirar hondo en este lugar. La señora que lo atendió le dijo que era evidente que no se tendía en el sol hacía mucho, por lo pálido de su piel, incluso le preguntó con algunos reparos si estaba enfermo, cáncer o alguna terminal. Él sonrió cerrando los ojos y le dijo sin abrirlos, no, nada de eso. A lo que ella suspiró aliviada persignándose cogiendo el crucifijo que le colgaba del pecho.

- Continúa –

0 comentarios:

Publicar un comentario