Con un fuerte suspiro, asumió lo que estaba haciendo y trató de disfrutar el camino, pero el dolor en la base de la nuca empezó a presentarse. Sacó de su mochila una botella de agua que le había sobrado de la noche anterior y bebió de ella junto con una pastilla para migraña que cargaba. El dolor de la nuca no era ninguna migraña, sino el cuerpo que acostumbrado a su inusual rutina, le pedía sus pocas horas de sueño y reparo, pero él esta vez no le iba a hacer caso.
- Continúa –
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