Él se había dado cuenta que si no hacía algo se volvería loco, apestando en su cama sin tender y con platos debajo de la cama con hormigas caminando en fila india. Así que trataba de ocuparse a la hora en que se levantaba, un poco antes tal vez, sólo un poco. Sus horas de sueño eran indispensables para estar cuerdo, ya que si lo despertaban por algún asunto sin importancia, a su parecer, podía causarle un gran disgusto, lo cual le malograría todo el día. Esa noche sólo tuvo tres llamadas en el trabajo, lo cual le dejaba demasiado tiempo libre, el cual lo empleaba en tratar de leer algo o mirar fotografías de lugares distantes en la Internet. Muchas de estas fotos e historias que leía influían en sus sueños, los cuales ya casi nunca recordaba.
- Continúa –
0 comentarios:
Publicar un comentario