Esta vez sueña que llega a una ciudad lejana, hay una mujer que lo recoge del aeropuerto. No hace mucho frío, pero carga su maleta con inusual cuidado. Suben a un taxi y con un conductor anónimo, no tiene interés en él sino en los edificios que ve por la ventana mientras el vehículo avanza. La mujer sujeta su mano, sus manos sudan y no sabe por qué. Se siente nervioso, su mano libre siente que falta algo, el ipod no está, no hay música directamente en su oído, ya está acostumbrado a la presión del audífono, y la abstracción que siente mientras la música se vuelve estridente formando una burbuja a su alrededor. Ahora no había nada de eso, estaba con frío, expuesto a la mano sudorosa de la mujer sin rostro, y avanzando por una ciudad desconocida. De pronto escucha una explosión, el taxi frena de improviso y el conductor sale corriendo despavorido, voltea a ver lo que pasaba bajándose del auto aún con la mujer sujetando su mano. Ve a lo lejos explosiones y gente corriendo asustada, gritando en un idioma que no entendía. Se esconden en un parque, siguen las explosiones y la mujer llora. Él no sabe que hacer y cierra los ojos, hasta que una explosión se escucha cerca, casi en su oído y despierta. Era sólo un sueño, casi lo había sabido todo el tiempo.
- Continúa –