Una de las cosas que más llamó la atención de Liliana, con su nueva percepción de las cosas, fue el estudio de su papá. Era una habitación en el segundo piso, con muchas fotos y llena de libros. Al papá de Liliana le gustaba el silencio, y sonreír sin mostrar los dientes, era una persona extremadamente ordenada, y se le iban los ojos por mujeres menores que él. Adoraba a su hija, pero apreciaba a su esposa, a la cual descuidaba con una sonrisa social y cálida. Su idea del mundo era muy bien definida, un tanto utópica y justiciera; siempre apoyando alguna causa a mil kilómetros de su casa, reprochando y sermoneando a sus amigos. Su esposa ya quisiera tener tanta atención, es por eso que tomaba tanto café y abusaba del neuryl, porque su esposo se ocupaba de todos, menos de ella, a pesar que ella se sintiera superior a todos.
- Continúa -
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