primera casa
Me di la libertad de entrar en una de las casas que estaban con la puerta abierta, vi de lejos lo que parecía era una mujer sentada en un sillón de espaldas hacia donde yo estaba oculto. Me acerqué un poco y pude ver su larga cabellera marrón clara, casi rojiza. Estuve escondido unos momentos detrás de un mueble, tratando de observar de lejos a mi tácita inquilina, pero fue cuando sentí una fuerte presión en la pierna y un dolor fuerte pero soportable. Estaba absorto con la curiosidad de ver el rostro de la mujer pero pareciera que no me importaba lo que estaba pasando, incluso cambié de escondite a uno más cerca de la dueña de la casa. Volteé finalmente y sorprendí una serpiente de algún tipo mordisqueando mi pierna, podría incluso afirmar que era una cobra, ya que tenía una especie de orejas a los costados pero no me asusté, seguía curioso acercándome a la mujer, los mordiscos no me afectaban. Ella tenía ojos marrones verdosos acentuados por unas grandes ojeras y una papada amplia que denotaba un gran sobrepeso. Ella miraba un punto específico entre los muebles, donde habían fotografías ajenas y babeaba mientras pronunciaba palabras que estaban lejos de ser entendibles. La serpiente seguía acosándome como si fuera un perro faldero nervioso, y fue cuando la mujer se puso de pie, se abalanzó hacia mi, tomó la serpiente y le arrancó los colmillos, y casi ignorando mi presencia volvió a sentarse.
- Continúa -
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