árbol


Lo siento mucho mi querido hijo, de una u otra manera, la recompensa estará posicionada, debajo de un árbol o sobre un abrazo en otra piel. Quiero creer que todo tiene un por qué, y sé que a veces es difícil decirlo sin titubear. Yo, que sobre mi abrigada soberbia existencia, quiero sentirme instrumento de un titiritero, parte y arte de un plan inmenso, hijo de alguien y mensajero de otro... Y así cuando cierres los ojos confirmarás antes que yo y que muchos más, que mirar al cielo buscando respuestas, no es una pérdida de tiempo.